Fecha: Lunes, Enero 24, 2022 - 22:52
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La inflación no es tan mala como una crisis financiera, particularmente cuando los aumentos de los precios coinciden con una rápida mejora de la economía. Y mientras las crisis financieras pueden ser inherentemente impredecibles, pronosticar la inflación es una característica esencial del modelado macroeconómico. ¿Por qué, entonces, casi todos entendieron tan mal la historia de la inflación en Estados Unidos el año pasado? Una encuesta de 36 pronosticadores del sector privado en mayo reveló un pronóstico de inflación mediana del 2,3% para 2021 (medido por el índice de precios del gasto en consumo personal, el indicador de facto que utiliza la Reserva Federal de Estados Unidos). En general, el grupo asignó una posibilidad del 0,5% de que la inflación superara el 4% el año pasado –pero, por la medición del PCE (por su sigla en inglés), parecería que va a ser del 4,5%. Fuente: |
Fecha: Miércoles, Enero 19, 2022 - 14:31
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El mercado de trabajo mundial tardará más en recuperarse de lo que se pensaba y el desempleo se mantendrá por encima de los niveles anteriores al brote de COVID-19 hasta al menos 2023, debido a la incertidumbre sobre el curso y la duración de la pandemia. Las perturbaciones continuarán en 2023, cuando todavía habrá unos 27 millones de empleos menos. En total, se estima que en 2022 habrá unos 207 millones de personas desempleadas. Entre ellas hay un elevado número de mujeres, a menudo porque se han visto abocadas a realizar trabajos no remunerados en el hogar, como educar a los niños durante el cierre de las escuelas o cuidar a familiares enfermos. Fuente: |
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La Nueva Era de Tasas bajo Cero
Resumen: En lo que va del 2016, algunos bancos centrales han apostado por llevar las tasas por debajo del 0%. Países como Suecia, Suiza y Dinamarca están manejando tasas entre -0.35% y -0.75%, posteriormente el Banco de Japón adoptó la misma medida y llevó sus tasas a -0.10%. El 10 de marzo del 2016, el Banco Central Europeo (BCE) decidió bajar por sorpresa su principal tasa de interés al cero por ciento, fijando un nuevo mínimo histórico, a su vez elevó la penalización a los depósitos bancarios, los cuales pasaron de 0.3 % a 0.4% y también decidió ampliar a 80.000 millones de euros las compras mensuales de bonos soberanos y títulos empresariales. Esto representa un último esfuerzo para reactivar la economía de la Eurozona y luchar contra la baja inflación. Las tasas de interés negativas son un signo de desesperación, una señal de que las medidas tradicionales de política monetaria han sido inefectivas y que otros caminos deben ser explorados. |
¿El mundo en deflación?
Resumen: ¿Qué ha cambiado desde “¿El mundo en deflación?”, publicado en noviembre del año 2013 en www.obela.org? El 29 de enero del 2016, casi 30 meses después, en España, “un litro de petróleo cuesta menos que una lata de cola”. Y, en Europa, la tasa de interés euribor cae por quinto mes consecutivo y ya se discute si, con tasas negativas, los bancos deberían pagar a sus depositantes. Y, ¿qué decir de los accionistas de renta variable que no compran o venden esperando que el precio de la acción baje más? En el diccionario keynesiano, demanda pospuesta significa demanda destruida. Y cuando la gente y las empresas posponen su consumo o inversión esperando menores precios futuros, estamos ante una alerta de una posible espiral deflacionaria. Es claro que a cola y el euribor son evidencias no concluyentes, pero, son precursores deflacionarios –como el Dry Baltic Index para tarifas de transporte marítimo de materias primas secas en el mundo y que, dicho sea de paso, se encuentran en el nivel más bajo de su historia, que nos indica el nivel del exceso de capacidad de carga y la retracción del comercio internacional de tales materias primas. Amable lector: súper bien camuflado por banqueros centrales, académicos conservadores y, en particular, por la FED, encontramos que, en el estruendo de la crisis del 2008, el escenario temido por Ben Bernanke - expresidente de la FED, fue caer en una espiral deflacionaria. En la actualidad, como veremos más adelante, el control de la deflación continúa siendo la principal pesadilla de los mayores banqueros centrales. |