Los aranceles de la administración Trump y el sistema mundial de comercio
Enrique Román
La imposición de aranceles selectivos por la administración Trump representa el resurgimiento de un instrumento de protección comercial que, con muy pocas excepciones, se percibía como superado. La equivalencia entre déficit fiscal y déficit externo no aparece en las declaraciones ni en la prensa económica estadounidense centrada solo en el externo. Los aspectos tecnológicos son ignorados y los cálculos económicos del impacto del alza de costos dentro de Estados Unidos sobre su tasa de interés base y el crecimiento económico, no han sido vistos. Acá se revisarán los aspectos internacionales de dichos aranceles y su efecto sobre la OMC.
Vuelven los Aranceles
Los aranceles vuelven a la escena actual, esta vez, de manera inusual, disruptiva y contraria a las reglas y tendencias del sistema mundial de comercio. Uno de los resultados más tangibles desde 1948, año de la entrada en vigor del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio, conocido como GATT por sus siglas en inglés, fueron las reducciones y las consolidaciones arancelarias. Dichos temas se profundizaron con la creación de la Organización Mundial de Comercio en 1995 y que hoy, a partir de las iniciativas de Estados Unidos, han regresado a las fojas cero fomentando el desorden y la incertidumbre entre los actores económicos.
Previo a la creación del GATT en 1948 los aranceles promedio mundial se estimaban en 40 % aunque algunas fuentes indican que la cifra real fue 22%. Después de la creación de la OMC el promedio mundial ponderado alcanzó el 7.4% y en 2024, previo a la segunda administración Trump, estaba en 2.8% con tendencia a la baja, como resultado de las negociaciones multilaterales y también de los acuerdos comerciales que para entonces habían proliferado.
Asimismo, para 2024 el World Trade Report reportaba que “alrededor del 60% del comercio mundial está exento de aranceles, mientras que otro 20% está sujeto a aranceles inferiores al 5%.". No obstante, vale precisar que ciertos productos considerados sensibles, en especial agrícolas o indumentaria, han registrado siempre tasas superiores a los promedios descritos.
Los aranceles de la administración Trump y las reglas de la OMC
En este contexto de reducciones arancelarias a escala mundial, la administración Trump decide aplicar aranceles de forma selectiva a socios comerciales específicos. Esto genera discrecionalidad, diferenciación y trato desigual, efectos contrarios a lo que el sistema comercial trata de evitar a través de la Cláusula de Nación Más Favorecida.
Esta regla exige que las medidas comerciales se apliquen de forma no discriminatoria, de manera inmediata e incondicional a todos los miembros de la OMC. Se admite discriminación selectiva en dos casos: Los acuerdos comerciales y el trato especial a países menos adelantados, que no aplican para el caso de las medidas adoptadas por Trump.
Otra regla de la OMC, exige que una vez “consolidadas” o comprometidas con los socios comerciales, las tasas arancelarias no se pueden incrementar a menos que se establezcan condiciones rigurosas, especificadas de manera explícita. Estas circunstancias comprenden renegociaciones con partes interesadas, salvaguardias, excepciones generales o de seguridad nacional. En 2024, previo a la asunción del segundo gobierno de Trump, EE.UU. había "Consolidado" el 100% de sus líneas arancelarias agrícolas y el 99% de las no agrícolas, es decir, había comprometido no incrementarlas a menos que se invocaran las condiciones indicadas. Al elevar las tasas de modo unilateral y sin recurrir a las disciplinas establecidas, se infringen, nuevamente, las reglas del sistema multilateral.
Asimismo, para su aplicación, la administración Trump ha invocado verdaderas sinrazones como: la ausencia de colaboración en la batalla contra el fentanilo, la inmigración ilegal, el tráfico de estupefacientes, la compra de energía o armas a Rusia. Se ha argumentado motivos que rayan en la injerencia de la política interna brasileña, como es el caso del juicio al expresidente Bolsonaro. Todos son motivos arbitrarios, extraños e irreconocibles a la luz de las normas del sistema comercial multilateral.
EE.UU. y los acuerdos comerciales
Las medidas también contradicen el “momentum”, se aplican en un contexto previo de desarme arancelario mundial afianzado por la compleja red de acuerdos comerciales bilaterales que buscan reducir los aranceles a cero. Según la data de la OMC, en 2024 existían 305 acuerdos comerciales vigentes y notificados ante esta.
EE.UU. mantiene alrededor de 20 acuerdos comerciales bilaterales y multilaterales que involucran a unos 30 países. Estos acuerdos cubren regiones clave como:
- América del Norte: T-MEC México y Canadá
- América Central y el Caribe: CAFTA-RD: Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, República Dominicana,
- América del Sur: Chile, Colombia, Panamá, Perú.
- Asia Pacifico y Medio Oriente: Australia, Corea del Sur, Singapur, Bahréin, Israel, Jordania, Marruecos y Omán.
Aun cuando estos acuerdos no han sido formalmente desconocidos, la imposición unilateral de aranceles representa una clara violación de los compromisos adquiridos sobre esta materia.
El debate interno en Estados Unidos sobre los aranceles
En el ámbito interno de los Estados Unidos, las medidas arancelarias también han generado una gran controversia. La Constitución de los Estados Unidos otorga al Congreso la autoridad en asuntos vinculados a las tarifas aduaneras. Aunque estas competencias pueden ser delegadas al presidente, el debate se centra en el uso excesivo y arbitrario de esta delegación. Socios comerciales y empresas han interpuesto demandas y juicios, con el argumento de que una delegación de poder de manera tan absoluta va en contra de su Constitución.
Comentario a sobre los aranceles recíprocos o aranceles benevolentes.
Uno de los argumentos esgrimidos para la aplicación de los llamados “aranceles recíprocos”, se basó en una fórmula que no admite ninguna lógica económica o comercial. Se calculaba sobre la base del déficit comercial de EE.UU. con un país “X” dividido entre las importaciones de EE.UU. provenientes del país “X” y el resultado se divide entre dos.
Aplicar tasas arancelarias a partir de esta fórmula:
- Confunde déficit comercial con competencia desleal;
- No hay ninguna teoría económica que respalde la idea de que la división del déficit comercial por las importaciones y luego por dos, arroje un arancel "justo" o "recíproco"
- Penaliza la eficiencia comercial.
- Impacta sobre los consumidores de Estados Unidos.
- Promueve guerras comerciales.
- En un país con 80 premios Nobel de economía cuyos intelectuales se presentan como expertos en mediciones, parece una broma intentar justificar una medida de política comercial con efectos globales con un razonamiento con tan poco soporte científico.
Grafica 1: Aranceles de Trump a los principales socios comerciales de EEUU al 6 de agosto de 2025 |
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Fuente: Tomado de Reuters |
La fórmula de los aranceles recíprocos se diseñó supuestamente para aplicarse únicamente a países con los que Estados Unidos tenía déficit comercial. Si embargo, no fue así. Un ejemplo claro es el caso de Perú, país con el que Estados Unidos registra un superávit comercial desde 2010, un año después de la entrada en vigor del Acuerdo Comercial Perú-EE.UU. No obstante, se le impuso una tasa arancelaria del 10%. Esto evidencia la falta de coherencia y el carácter político con el que se aplican las medidas.
En resumen
Los aranceles impuestos por la administración Trump constituyen una acción arbitraria y claramente ilegal frente al derecho comercial internacional. Estas medidas erosionan un sistema que, aunque debilitado, se esforzaba por contrarrestar el abuso del poder mediante un conjunto de reglas acordadas multilateralmente. Dichas normas fueron votadas y aprobadas por los congresos de todos los países miembros de la OMC, precisamente para garantizar una mayor previsibilidad en el ecosistema comercial mundial. Esta orientación, esencial para la estabilidad del comercio, se encuentra hoy visiblemente desmantelada, con efectos que para algunos analistas se comparan a los de un “espejo roto”.