Observadores del proyecto mBridge
En la tabla se agrupan por región los observadores del proyecto mBridge.
En la tabla se agrupan por región los observadores del proyecto mBridge.
En octubre de 2008, tras la inestabilidad e incertidumbre ocasionada por la crisis financiera estadounidense, los bancos centrales de Brasil y Argentina firmaron un acuerdo de pago en moneda nacional. Después, esto se amplió a los países del Mercosur. Desde entonces, este mecanismo ha sido replicado y ampliado por los BRICS. En el presente artículo se analizarán las alternativas que han surgido, por la inestabilidad del dólar y las sanciones impuestas por EE.UU a 26 países. Es una alternativa al uso del dólar, como medio de pago y como unidad de reserva.
Tras el regreso de Trump, EEUU ha impulsado una política de recortes presupuestarios, desregulación económica, y guerra comercial contra sus principales socios: Canadá, México, Taiwán y China. El objetivo explícito es fortalecer la economía estadounidense, el implícito es debilitar a China y a sus aliados. Tras dos meses y medio de gobierno el efecto ha sido negativo sobre los países vecinos y ha obligado al gigante asiático a tomar medidas para contrapesarlas.
Las Monedas Digitales de Bancos Centrales (CBDC) transformarán la arquitectura financiera internacional. Las CBDC son una nueva forma de dinero y sigue el patrón histórico en el que la evolución del dinero conduce a cambios en los sistemas de pago, las reservas internacionales y la política monetaria. El dinero fiduciario (el dinero actual, cuyo valor no proviene de un bien tangible o metal precioso, sino de la confianza que hay en la entidad emisora) experimentó el mismo proceso. Fue pensado para usarse en entornos locales; las CBDC en cambio son de carácter global.
La reducción del uso del dólar en las transacciones internacionales y en las reservas de las naciones, conocida como desdolarización, no es una conspiración. Más bien, es la consecuencia de una serie de factores interconectados que reflejan los cambios en el panorama económico mundial. La pérdida de relevancia de Estados Unidos en la economía global, el crecimiento del comercio entre economías emergentes y la búsqueda de menores costos en las transacciones internacionales son los principales protagonistas de este fenómeno
En un informe publicado el 25 de febrero, el panel de la ONU ha pedido a los gobiernos que acuerden un Pacto Mundial de Integridad Financiera para el Desarrollo Sostenible.
El Grupo de Alto Nivel sobre Responsabilidad Financiera Internacional, Transparencia e Integridad , compuesto por antiguos líderes mundiales, gobernadores de bancos centrales, dirigentes empresariales y de la sociedad civil y académicos, afirma que cada año se blanquea hasta el 2.7% del (PIB) mundial, mientras que las empresas que buscan jurisdicciones libres de impuestos cuestan a los gobiernos hasta 600,000 millones de dólares al año.
El lavado de activos es el lado insidiosamente más oscuro del sistema financiero mundial, con millones de dólares en ganancias que se encuentran a salvo en bancos extraterritoriales, un delito perpetrado a escala mundial.
La Asociación Económica Regional Integral (RCEP) refleja la polarización del comercio mundial que se aceleró con la guerra comercial entre Estados Unidos y China. Refuerza la integración regional asiática y ofrece a China la oportunidad de aumentar la influencia del Renminbi (RMB). Desde 2009, China ha desarrollado una estrategia monetaria que promueve su moneda como medio de intercambio internacional.
Según Swift, en octubre de 2020, el dinero chino representaba un magro 1,66% de las transacciones como moneda mundial. Hemos visto que la oportunidad de la influencia del renminbi en Asia y en la economía mundial ha crecido, y la pregunta abierta es por qué no es todavía una moneda de primera categoría.
La participación de China en el comercio y las inversiones mundiales genera confianza en el RMB, en particular en partes de Asia y África. No obstante, incluso China utiliza el dólar en los negocios y mantiene una elevada proporción de activos en dólares, por lo que es poco probable que sustituya al dólar como moneda mundial a corto plazo.
Lynn Fries, productora de Global Political Economy o GPEnewsdocs, recibe a Jan Kregel para hablar sobre el trabajo de Hyman Minsky.
Jan Kregel es Director de Investigación en el Instituto de Economía Levy del Bard College y dirige el programa de investigación en curso del Instituto en Política Monetaria y Estructura Financiera, del que Hyman Minsky fue responsable de establecer.
En esta entrevista, Kregel explica que el problema fundamental del sistema económico es que se centra en proporcionar financiación a los inversores. Hyman Minksy, quien entendió que la inestabilidad financiera es inherente al capitalismo, propuso cambiar el objetivo de la economía al empleo
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) tiene una larga historia. Desde las Conferencias Interamericanas a partir de 1889, siempre se mencionó la necesidad de un banco con esas características. Desde 1959, con el inicio de la Revolución Cubana, EEUU comenzó la creación del BID y de la Alianza para el Progreso.
Desde entonces, hemos visto la intervención ilegal de los EEUU en Nicaragua, Granada, Honduras, Paraguay, Brasil y, más recientemente, Bolivia y Venezuela. Todo esto olvida lo acordado desde 1889 en la Conferencia Interamericana: soberanía y no derechos por conquista.
El BID está a punto de ser intervenido por un funcionario del Consejo de Seguridad Nacional de EEUU a petición del Presidente, del Secretario de Estado y del Secretario del Tesoro. Las razones son frenar la presencia de China como financiador en América Latina, y concluir el derrocamiento de los gobiernos incómodos que no están alineados al poderío de EEUU en el hemisferio.
Los dirigentes del Banco Mundial deben abandonar urgentemente su engaño de "maximizar la financiación para el desarrollo" (MFD). En lugar de ello, debe reanudar su función tradicional de banco multilateral de desarrollo de movilizar fondos a un costo mínimo para financiar a los países en desarrollo.
Se necesita urgentemente financiación para las actividades de contención, ayuda y recuperación del Covid-19, para evitar que las recesiones se conviertan en depresiones prolongadas y para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Con el actual liderazgo del Banco Mundial tratando de reducir la deuda de los países en desarrollo, es muy posible que se abandonen el MFD. Pero también parece que se busca evitar el papel de intermediación financiera de los bancos, que consiste en recaudar y prestar fondos a bajo costo a los países en desarrollo.