Banco Interamericano de Desarrollo
Integracion Financiera y Bancos Extranjeros en America Latina (ingles)Arturo J. Galindo, Alejandro Izquierdo, Liliana Rojas-Suárez
Sucre, un instrumento para la integraciónLuciano Wexell Severo
Hacia una Estructura Financiera Regional
Latindadd. Versión en Español
Oscar Ugarteche
Hacia una Nueva Arquitectura Financiera Regional
Oscar Ugarteche
SELA Aboga por Nueva Arquitectura Financiera Regional
Estasemana.cip.cu Humberto Márquez 24/06/08
Enhancing the Role of Regional Development Banks; the Time is Now
Stephany Griffith Jones
Publicado en OBELA 30-06-08
Latin American in the Post-Bush Era: What can we expect in the Next phase of U.S. Latin American Relations
Publicado en: cepr Center of Economic and Policy Research
Análisis ALBA UNASUR
Josette Altmann
Publicado en: Real Insituto El Cano 6-03-08 /OBELA 9-06-08
Cuenca Amazonica en la Mira de las Megaobras
Vince McElhinny
Publicado en: BICECA 20-02-08 / OBELA 9-06-08
El Dólar en la Constitución, ¿Para qué?
Alberto Acosta
Publicado en: http//asambleaconstituyente.gov.ecboletines/el-dolar-en-la-constitucion-para-que.do / OBELA 2-06-08
Nicaragua: el ritmo inflacionario de 2008.
Néstor Avedaño
El regreso al futuro: Los limites del crecimiento económico en América Latina
Eduardo Gudynas
Publicado en: Programa para las Américas 5-05-08
La Ronda de Doha y Crisis Alimentaria.
Publicado en: Latindadd 25-05-08 OBELA 28-05-08
Tratado Constitutivo de la Unión de Naciones Suramericanas
www.integracionsur.com / OBELA 28-05-08
Lineamientos para el Plan de Acción 2008-2009 de UNASUR
Desarrollo y pobreza: regularidades y cambios en las ideas y la práctica del desarrollo rural altoandino en el Perú
Alberto Graña
Publicado en: OBELA 19-05-08
¿Quién Gana con la Crisis Alimentaria Mundial?
Esther Vivas
Publicado en: Rebelión 9-05-08 OBELA 13-05-08
Luna de Hiel para la agricultura de Brasil
Jao Pedro Stedile
OBELA 29-04-08
Oportunidades de Integración II CAF Lima, Perú
Latinobarómetro
OBELA 18-04-08
Más allá del Conflicto Colombia-Ecuador. ¿Un Obstáculo para Detener la Integración Sudamericana?
Leonel Carranco
Publicado en: OBELA 18-04-08
A Estratégia do "Mais do Mesmo" na Energía
Carlos Tautz
Publicado en:OBELA 27-02-08
América do Sul: Do destino construcao
Marco Aurélio Gárcia
Públicado 13/02/07 - OBELA 24-02-08
El presente artículo es un análisis minucioso de la cooperación económica de Latinoamérica en las finanzas, infraestructura y comercio, así como el potencial positivo para todos sus miembros.
Así como se recomienda que haya una armonización con las instituciones de comercio internacionales, también se recomienda fortalecer las instituciones de integración regional y armonización de los mercados y sobre todo sus regulaciones.
El autor menciona un Fondo Monetario Regional que se institucionalice, como los existentes en cada región continental del mundo; así como los Bancos de Desarrollo Regionales que puedan administrar y regular los conflictos que pudiesen darse, que impulsarían a Latinoamérica como bloque.
En la actualidad, México, Brasil y Argentina, que son los países más fuertes de Latinoamérica, pero no han hecho un frente de intereses comunes en los Foros del G-20, en la Junta de Estabilidad Financiera o en el Comité de Supervisión Bancaria de Basel, y por lo tanto no han representado los intereses a gran escala de la región Latinoamericana.
La armonización financiera necesita mayor regulación en cuanto a las operaciones transfronterizas, así como en las reglas de contabilidad, y regulaciones micro prudenciales en los requisitos de capital, como en los requisitos líquidos, de provisiones y reservas.En cuanto a las legislaciones macro prudenciales también es necesario regular, en áreas como el capital contracíclico y restricciones de capital extranjero.
La regulación de los mercados básicos de capital beneficiaría de manera directa a los mercados de capital regionales, y sobre todo a las operaciones intra regionales.
Convertir al FLAR en una institución a nivel regional y fomentar la participación de los miembros de Latinoamérica, así como persuadir a naciones como México y Brasil de unirse, con el argumento de que obtendrían beneficios financieros y ganancias geopolíticas.
El ensayo pretende dar nuevos lineamientos para las instituciones internacionales, que fueron creadas con objetivos propios como evitar depresiones y crisis económicas, las cumplieron por muchos años. Los gobiernos de los países desarrollados tienen las influencias más fuertes en los organismos internacionales, con consecuencias menos que favorables para los países latinoamericanos. Sin embargo, las condiciones cambian y las actuales necesitan nuevos agentes que las puedan regular y llevar a buen cabo a las economías. El autor ve las bondades de una integración regional en la independencia de las nacionales latinoamericanas de dichas influencias, así como el establecimiento de objetivos comunes.
En el contexto de la economía mundial son incuestionables las incidencias que se han venido gestando, mismas que han contribuido a cambios tanto geopolíticos como geonómicos, dando como resultado la aparición de nuevos actores e instituciones en la escena internacional.
Este es el caso de China, cuyo liderazgo en la cumbre de APEC 2014 realizada en Beijing, China, no sólo mostró al "Gigante Asiático" como líder anfitrión, sino que dejó en claro su hegemonía con su iniciativa de conformar una zona de libre comercio entre los miembros del foro, dejando en un segundo plano a Estados Unidos con su iniciativa del TTP (por sus siglas en inglés)
A finales de junio, Venezuela asumirá por primera vez la presidencia pro témpore del Mercosur (PPTVEN), en la Cumbre en Montevideo, pero con una activa agenda presidencial. Ya Nicolás Maduro comenzó, en gira por Uruguay, Argentina Y Brasil, a consensuar con los Presidentes la agenda política del bloque. Esta presidencia se desarrollará en el marco del despliegue de las fuerzas derechistas en el continente y de un ambiente político de alta tensión, en el cual la derecha continental intentará romper la unidad política de la región.
La ofensiva ya comenzó desde el primer día de la presidencia de Nicolás Maduro, con una violenta ofensiva contra las instituciones, tratando de desestabilizar el país, quizá en busca de una intervención militar extranjera, a falta de un triunfo electoral inmediato. Con gran cobertura mediático, dirigentes de la oposición venezolana han viajado a Estados Unidos y a los países sudamericanos (Perú, Uruguay, Argentina, en especial) en busca de apoyos para desestabilizar el gobierno de Maduro. “Me da la impresión de que hay una terrible inflación mediática”, dijo al respecto el presidente uruguayo José Mujica. “Quiero es llamar la atención, los problemas de superficie, por duros que sean y por buenas o malas soluciones que se les encuentren, no son los principales, sino que los problemas de fondo son los que hacen la suerte de la gente”, advirtió.
No es para nada descartable que en algunas instancias del Mercosur se presenten procesos de antagonismo protagonizados por organizaciones empresariales, sindicales e incluso parlamentarias, que cuentan, además, con el amplificador de los medios cartelizados y comerciales de comunicación de cada uno de los países, de Estados Unidos y de Europa. Esta ofensiva obliga a concentrar un conjunto de iniciativas que coadyuven a contrarrestar el proceso contrarrevolucionario cuyo fin es, también, la destrucción del bloque.
Este no es el mismo Mercosur de sus comienzos. En la última década, gracias a las políticas de inclusión social, más de 40 millones de personas se han incorporado en nuestros países al mercado de consumo y sus necesidades –incluyendo al turismo- debieran ser abastecidas por producción regional (y no china, estadounidense o europea). Hoy, ante la crisis mundial, hubo necesidad de recogerse hacia los intereses nacionales, sacrificando a veces integración regional por economía nacional, lo cual ha llevado a que se cierren incluso rutas de comercio que ya estaban establecidas.
Tampoco el accionar de la derecha es similar a la de 20 años atrás. Ha cambiado su discurso y su metodología. Hoy buscan dirigentes jóvenes, con discursos populistas, dispuestos a trabajar la territorialidad e, incluso a protagonizar (o animar) acciones violentas y desestabilizadoras en sus países. Cuentan, además, con un poderoso respaldo financiero foráneo y el altavoz de los medos cartelizados. Lo cierto es que el bloque regional está en la mira de la derecha internacional por su propia existencia. A diferencia de lo que sucede en Europa, ninguno de los países del Mercosur ha propuesto combatir la crisis con políticas de austeridad. Y por ello todos están siendo severamente atacados por no priorizar la defensa del capital financiero sobre los intereses de sus pueblos. Es más, el próximo semestre se lanzarán las negociaciones para la firma de un TLC y Acuerdo de Inversiones entre Estados Unidos y la Unión Europea, para la construcción del Mercado Común Trasatlántico (MCT), a fin de reanimar sus economía y frenar su desgaste ante los países emergentes y el crecimiento de Asia, China y Brasil. Este MCT debiera impulsar el libre comercio mundial, activando negociaciones como el acuerdo entre Mercosur y la UE o las negociaciones para la liberalización del comercio mundial de la Ronda de Doha de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Y, de concretarse, seguramente perjudique a los países de la región que tienen acuerdos de libre comercio con EEUU y la UE.
Mientras, las políticas europeas, chinas y estadounidenses presionan la desindustrialización de las economías del Mercosur. La presión por materias primas han desestimulado las inversiones industriales ligeras y estimulado las extractivas en todos los países del bloque. Si bien dos terceras partes del comercio del bloque es del sector automotriz, hay que recordar que estas ganancias (de casi siete mil millones de dólares en 2011) son transferidas a sus casas matrices (empresas trasnacionales). Una lectura seria de estas cifras hace el impulso de la integración productiva de pequeñas y medianas empresas nacionales.
Durante la presidencia pro témpore de Venezuela sin duda se acelerará la incorporación gradual de otros países sudamericanos al bloque: sobre ello ya existe consenso. Bolivia ya firmó su adhesión, habría que retomar las negociaciones con Ecuador, que ya se mostró dispuesto, y sumar a Surinam y Guayana como miembros asociados. No sólo disparan contra Maduro y la Revolución Bolivariana: La meta es aniquilar los procesos de integración y poder someter nuestras riquezas naturales a la expoliación de las trasnacionales y los voraces capitales financieros, que está cumpliendo su tarea de pauperizar también Europa.
Fuente: Rebelión
En este texto el autor presenta las experiencias en Cooperación Financiera Regional que tuvieron en Centro América basada en un esquema regional de pagos, igualmente muestra las perspectivas del sistema regional de pagos Descargar Aquí
El panorama de América Latina ha experimentado profundas transformaciones en relativamente poco tiempo. Han proliferado las organizaciones regionales; el regionalismo abierto de la década de 1990 ha entrado en decadencia; nuevas organizaciones, referidas a menudo como pertenecientes a una nueva ola de políticas orientadas más al "regionalismo post-hegemónico," tomó el centro del escenario para concentrar la atención de los observadores por nuevas organizaciones dirigidas al comercio como la Alianza del Pacífico.
Estos desarrollos han sido el desconcierto para académicos y responsables de políticas, que en su mayor parte han tendido a converger en el punto de vista de que una configuración regional fragmentada con divergentes o incluso incompatibles modelos de integración regional, está en aumento. Este artículo cuestiona esta interpretación, argumentando que muchas de las tendencias que observamos en la actualidad, son más bien el resultado de la adaptación práctica de los estados latinoamericanos en sus estrategias de política exterior para el surgimiento de una economía política multipolar en el sistema internacional.
Una consecuencia importante de este proceso de adaptación, es una "separación" de las funciones económicas del regionalismo en sus demás dimensiones, este proceso se muestra al facilitar la aparición de una arquitectura regional caracterizada por una mejor división del trabajo entre las organizaciones.
Hace unos días se dio a conocer el interés de Colombia (y con él, la Alianza del Pacífico) de ingresar a la OTAN y aunque por ahora las negociaciones parecen haberse congelado, los intereses de fondo y las alarmas en América Latina no deben apagarse. Según comenta el periodista argentino, Alberto Rabilotta, es la pieza del rompecabezas que falta para que el imperio estadounidense acabe “por la mala” con aquellos países de la región que han osado adoptar políticas socioeconómicas que favorecen el desarrollo para reducir la pobreza.
Desde luego, las reacciones de los presidentes y políticos de la zona no se han hecho esperar, pues el inminente accionar de esta relación busca crear las condiciones “legales” (en las cortes supremas, por ejemplo), de que seguirán las campañas mediáticas y políticas para sembrar la confusión, desestabilizar las sociedades y hacer retroceder los avances logrados en muchos de los países de la región. De ahí, la importancia de este acuerdo, puesto la adhesión de Colombia a la OTAN la terminarán convirtiendo en un brazo de la tenaza que ha puesto en marcha el imperio. El otro brazo es la negociación para incorporar a Colombia, Perú, Chile y México al Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de Asociación Económica (TPP, su sigla en inglés).
Cabe destacar además, que Estados Unidos no está solo en este plan. El gobierno Conservador canadiense del primer ministro Stephen Harper tampoco aceptó la derrota del ALCA (Acuerdo de Libre Comercio de las Américas), lo que explica las subversivas agendas de Ottawa y Washington hacia los gobiernos latinoamericanos que buscan rescatar su soberanía, como Honduras, Venezuela, Ecuador y Bolivia, por ejemplo.
Edición Digital de la Revista América Latina en Movimiento,
Contenido:
Lecciones de la crisis global para la regionalización financiera de América latina
Oscar Ugarteche
Entrevista a Pedro Páez
Transformar la situación de vulnerabilidad
Osvaldo León
Los nuevos clientes del FMI se extienden a la eurozona
Marlén Sánchez Gutiérrez
La integración regional y la crisis de la deuda en Europa
Carlo Panico
Se reproducen errores de los 80 de América Latina
La crisis de la deuda llega a Europa
Jaime Atienza
México de cara a Europa: lecciones para salir de la crisis
Alicia Girón
Sucre: releyendo a Keynes en el siglo XXI
Alberto Montero Soler, Manuel Cerezal, Ricardo Molero Simarro
Sistemas de coordinación monetaria en América Latina:
Aprendizajes de la crisis del euro
Alejandro López Aguilar
A pesar del amplio consenso respecto de los enormes beneficios económicos, sociales y ecológicos que aportaría avanzar en la integración dentro del ámbito energético, y particularmente del sector eléctrico, los resultados obtenidos no están aun a la altura de las expectativas.
En este documento, se evidencian las barreras y obstáculos que han presentado los procesos de integración de los sectores eléctricos entre países y al interior de las subregiones de América Latina. Para analizar los procesos de integración energética en América Latina (y particularmente aquellos relacionados con la integración eléctrica), los autores consideran necesario contextualizar a la región en el marco del proceso global de integración regional y de los paradigmas ideológicos predominantes, dado que los antecedentes muestran una fuerte vinculación entre dichos procesos, de tal forma que la actual fase de la globalización parece haber acentuado en sectores importantes, la necesidad de profundizar en el camino de la integración, como plataforma desde la cual posicionar a América Latina en un mundo conformado por bloques cada vez mas definidos.
En lo referente al campo específico de la integración eléctrica regional, desde mediados del siglo pasado en adelante, ésta se ha ido desarrollando bajo diferentes esquemas, en consonancia con las corrientes político-económicas predominantes. Desde entonces, y aplicados diversos modelos, la región puede exhibir casos concretos de proyectos de integración exitosos, pero no cabe duda que los resultados aún son exiguos en relación a los potenciales beneficios que derivarían de una mayor profundización en la senda de la integración eléctrica regional.
El presente estudio pretende aportar elementos que contribuyan a una mejor comprensión de los problemas que enfrentan los procesos de integración eléctrica en AL, enmarcarlos en la perspectiva más amplia de la integración regional y, en la medida de lo posible, aportar pautas que ayuden a la identificación y remoción de obstáculos. Para analizar los casos de algunos países de sudamericanos y de Centroamérica, entendimos pertinente recurrir a la opinión de expertos para que aportaran su visión del tema. Somos conscientes que se trata de cuestiones complejas, polémicas y que en muchos casos tocan fibras muy sensibles. Pero dada la escasez de ámbitos donde se puedan abordar abiertamente y en profundidad estos temas, y más allá de compartir o no dichos puntos de vista, estamos convencidos de la relevancia de hacer el ejercicio de tratar de entender las diferentes posiciones, si es que se quiere avanzar en el proceso de integración.
El documento cuenta con un capítulo donde en forma resumida se hace un repaso de los diversos hitos por los que han transitado los procesos de integración económica y política en América Latina. En el siguiente capítulo se hace una reseña de los diferentes esquemas de integración eléctrica que se han venido aplicando en la región y sus problemáticas. En los últimos capítulos, a través de la mirada de expertos que han tenido participación directa en la temática de la integración eléctrica, se analizan en profundidad los casos de América Central, Brasil, Ecuador y Argentina.
La noción de apertura comercial a través del tiempo ha cambiado, de igual modo lo ha hecho la forma de comerciar y la manera en la que los países ven buena o mala una incursión al mercado global. Cualquiera que sea la postura de un país para entrar al mercado global, siempre han existido obstáculos al comercio; el primero es la distancia, misma que parece ya haber sido superada gracias al avance de las tecnologías.
La segunda son las barreras al comercio, mismas que nacieron como protección a los productores locales ante la competencia extranjera. Este tipo de barreras nunca han sido aceptadas por los defensores del libre comercio, por lo que a lo largo de la historia se han hecho intentos para desaparecerlas.
Mediante el aprendizaje empírico se llegó a la conclusión de que la aplicación de este tipo de barreras para proteger a los productores, en ocasiones hacían que las empresas no tuvieran incentivos para innovar, haciéndolas poco competitivas y a la larga obsoletas.
De igual forma se entendió a la liberalización comercial como un camino para acceder a una mayor cantidad de productos, a menores precios y a su vez sirvió como protección para los consumidores, al adoptar mayores estándares internacionales de calidad.
A este viejo régimen Pascal Lamy lo llama “la vieja lógica del comercio” la cual principalmente se basa en eliminar las barreras al comercio y establecer un régimen multilateral no discriminatorio.
La actual lógica del comercio ha dejado de lado el viejo régimen multilateral y se ha encaminado a la integración económica, en especial a grandes acuerdos que bien podemos llamar megaregionales. El TPP es el más claro ejemplo de esto, agrupando a las economías de la cuenca del pacifico con el fin de competir con China, misma que ha mantenido el control de la zona en los últimos años.
Hoy en día, los acuerdos son más profundos e incluyen temas como la inversión o los derechos de propiedad intelectual, estos mismos son más factibles entre los países que tienen preferencias políticas no tan distantes. Si bien, no siempre existe una reciprocidad equivalente para las partes involucradas, es la convergencia y la coordinación la que los hace atractivos.
Estos acuerdos pueden estimular la innovación, y el nacimiento de economías de escala y de igual forma impulsa la adopción de compromisos internos, llevando a cabo reformas económicas con el fin de que las partes converjan.
Levy categoriza otra lógica de comercio, principalmente aplicable para sociedades ricas, las cuales entienden que la liberalización puede someterlos a riesgos de todo tipo, por lo que la aplicación de barreras no arancelarias es una forma de obstaculizar la entrada de bienes o servicios que puedan tirar por la borda su nivel de vida.
Es así que los nuevos tratados como el TTIP ha desatado la controversia en las sociedades europeas ya que según ellos, es un intento de Estados Unidos por derribar sus estándares e ingresar a un mercado que no necesariamente necesita bienes o servicios más baratos, sino que se preocupa por mantener mayores niveles de calidad.
Tanto los vínculos económicos mundiales como los regionales se han fortalecido considerablemente durante el último cuarto de siglo. Es por dicha razón que los autores de este artículo se dieron a la labor de crear un modelo con factores dinámicos para analizar las implicaciones de estos vínculos en la evolución de los ciclos económicos mundiales y regionales.
A partir del modelo, que cuenta con una amplia de países y regiones en el período 1960-2010, es posible evaluar el papel desempeñado por los factores globales y regionales de países específicos en ciclos económicos, de tal manera que la evidencia muestra que, desde mediados de 1980, la importancia de los factores regionales ha aumentado considerablemente en los ciclos económicos, especialmente en las regiones que experimentaron un fuerte crecimiento en el comercio intrarregional y las corrientes financieras.
Por el contrario, la importancia relativa del factor global ha disminuido en el mismo período. En resumen, la reciente era de la globalización ha sido testigo de la aparición de los ciclos económicos regionales.
Durante la VI Cumbre Unión Europea- América Latina y el Caribe, Ecuador dejó establecida su posición respecto a los acuerdos comerciales regionales: Acuerdos Integrales para el desarrollo Si, Tratados de Libre Comercio No.
La experiencia de otros países ha demostrado las consecuencias de tratados comerciales sin restricciones, que al favorecer las exportaciones se desprotegen áreas fundamentales para el desarrollo nacional. LeerDespués de décadas de fuerte crecimiento, la crisis de los años ochenta sacudió profundamente América Latina. El nivel del PIB en 1980 sólo se logró después de 14 años y la tasa de aumento de la pobreza en los años ochenta fue tal que después de sólo 25 años, el continente vio el nivel de 1980 (Jiménez, 2010). Un Continente marcado por fuertes desigualdades, con raras excepciones, por una acción impuesto regresivo, por modesta de las transferencias sociales en comparación con los vigentes en Europa y una modesta liberalización del comercio (con la excepción de México y algunos países de América Central), la crisis internacional 2008 interrumpió una fase de crecimiento relativamente alta desde 2003-2004.
Por el contrario, la crisis de los años ochenta, la crisis de 2008 es mucho menos el producto de las dificultades internas que el contagio de una crisis cuyo origen se encuentra en los países desarrollados. En este sentido, se aproxima a la crisis de los años treinta. También es diferente de la crisis de los años ochenta y la crisis de los años treinta, aunque profunda la crisis de 2008 es al parecer hasta ahora, una duración relativamente breve, ya que es la reanudación de esto desde finales de 2009. Sin embargo, debe ser prudente y no debe confundirse con un tiempo de ciclo de su tendencia, sobre todo cuando se trata de una crisis estructural. En el estado actual de crisis internacional, sólo se puede ser escéptico sobre la duración de la recuperación, al menos hasta la arquitectura internacional se restableca. Reanudación frágil, sin duda, pero también la crisis de los años ochenta y, especialmente, treinta, la "experiencia" de la crisis se manifiesta por una mutación de las estructuras productivas, aunque difícil de leer en la actualidad, como la de modificar el formas y modos de administración.
El objeto de este trabajo es cuestión de si, después de años de creciente apertura, un nuevo régimen de crecimiento, centrado en una distribución más equitativa del ingreso y una expansión del mercado interior, tiene grandes posibilidades de contribuir a la reanudación del crecimiento sostenible. Las apuestas en el mercado nacional, sucediendo a la de los mercados extranjeros con el Consenso de Washington de los años noventa, tiene un carácter aparentemente utópica, considerando las profundas desigualdades y grandes conflictos de intereses que se oponen a la reforma tributaria y una política redistributiva para hacer frente a las capas superiores sociales. Pero usted no puede dejar de hacer constar que en algunos países, como Brasil y Argentina, en menor medida, esta "utopía" parece presentar una pronta realización. políticas contra cíclicas, decidió poco después de la explosión de la crisis internacional son diferentes a las de años anteriores, inspirado por el Consenso de Washington y se caracteriza por una reducción del gasto social a la llegada de la crisis de divisas, lo que precipitó una recesión. Las nuevas políticas, inspirado por un keynesianismo "pragmático", buscando un favor a sostener la demanda y conducir a una disminución de los superávit primarios. Estas medidas mitigar el costo social de la crisis en lugar de acentuar, por lo menos hasta principios de 2010.
Por lo menos en un aspecto y en cierta medida, estas políticas contra la caída cíclica a lo largo de un continuo que se observa en algunos países después de principios de los años 2000s: pequeña disminución de la desigualdad, la política social y la recuperación de un crecimiento más sostenido. Uno puede entonces considerar que la crisis internacional produce tan bajo tierra, acelerando un proceso ya iniciado, o, más pesimista, se podría pensar que esto es sólo enlaces provisionales, pero una vez que la ilusión se confirma la reanudación, el modelo de exclusión antes, aunque algo modificada, volver con una fuerza. El regreso del mercado, la movilización de utopía, o la devolución de los modelos anteriores, más abierta, menos vulnerables, pero también más frágiles (Salama, 2009o, 2009b). En una primera parte, recordar lo que fue el impacto de la crisis de los años treinta sobre la base industrial de las principales economías de América Latina, y una segunda sección, evaluamos las posibilidades de éxito de "apuestas en el mercado nacional, lo que favorece dos factores: la amplitud de la importancia de la apertura y la desigualdad de ingresos.
Como parte de su labor de análisis, formulación de propuestas e incidencia respecto del desarrollo, la integración regional y la inserción internacional de América Latina (AL), la Asociación Latinoamericana de Organizaciones de Promoción al Desarrollo A.C. (ALOP) ha prestado una particular atención a la evolución de las relaciones políticas, económicas y de cooperación entre nuestra región y la Unión Europea (UE). La importancia de los vínculos políticos, económicos, culturales y de cooperación que unen a ambos continentes ha justificado este interés a partir del cual ALOP, con el apoyo solidario de varias organizaciones europeas amigas, ha desarrollado un trabajo sistemático.
A partir de dicha investigación sistemática, la ALOP considera que las relaciones entre América Latina y la Unión Europea necesitan renovar sus objetivos políticos para poder relanzarse y profundizarse, especialmente en cuanto a las nociones de “progreso” y “desarrollo” que las han animado hasta el presente. El objetivo de construir una asociación estratégica birregional perseguido desde la Cumbre de Río de Janeiro de 1999 requiere hoy ser revisado a la luz de la evolución de ambos continentes teniendo en cuenta el verdadero “cambio de época” de vive el mundo y, en especial, atendiendo los planteos que cuestionan la noción tradicional sobre el desarrollo.
Además, la ALOP hace una revisión general sobre la Inversión Extranjera Directa de la Unión Europea en América Latina, determinando en qué medida nuestra región es realmente un aliado estratégico y una prioridad para la UE como destino de su inversión externa y también se discute la doxa sostenida por la prédica neoliberal para América Latina, en general y Argentina, como caso particular, la cual afirma que para dinamizar las estrategias industriales de crecimiento económico de la región se debe profundizar la apertura comercial y permitir la masiva entrada de capitales extranjeros.
La iniciativa de Multilateralización de Chiang Mai (CMIM) es un compromiso entre los ministros de finanzas y gobernadores de Bancos Centrañes de los países de la ASEAN+3 y la Autoridad Monetaria de Hong Kong para proveer de apoyo financiero en dólares mediante swaps y consta de solo un arreglo contractual. En 2012 la CMIM alcanzó los $240 billones de dólares. Se firmó el 24 de diciembre de 2009, pero entró en vigor hasta 2010.
Sus principales objetivos son acatar las dificultades de la liquidez a corto plazo, y apoyar acuerdos internacionales existentes. Para tal efecto, las contribuciones son el proporción 20:80, ya que diez miembros de la ASEAN aportan $48 billones de dólares, y China, Japón, Corea y Hong Konf aportan juntos $192 billones de dólares.
Las transacciones pueden ser requeridas por cualquier miembro, a lo que le seguirá un proceso para aprobarlo los recursos y activarlos.
Para garantizar la seguridad de los procesos se creó la AMRO, que supervisará de manera independiente las actividades de la CMIM en la región, además de que será su órgano de investigación, asesoría y consulta para los miembros de la ASEAN+3.
El capítulo primero analiza y describe la debilidad de las economías mundiales, su impacto en el comercio y las expectativas de crecimiento para el próximo año. Los países desarrollados seguirán moviendo la economía internacional, no sin sus consecuencias sobre los países en vías de desarrollo. Las naciones industrializadas inyectaron estímulos monetarios a sus economías para dinamizarlas en el corto plazo y de manera urgente.Entre sus beneficios se encuentran, reducir la vulnerabilidad de los bancos y estabilizar el sistema financiero, sin embargo dichas acciones no han impactado sobre el consumo y la inversión. De seguir con estas políticas, los bancos tardan más en sanar sus balances, lo que puede ocasionar burbujas financieras debido a la facilidad con la que se accede al financiamiento; además de un desacople entre las bolsas de valores y la economía real.
Asimismo, los conflictos internacionales, y en específico los de Medio Oriente se traduce en un riesgo para el comercio mundial, pues los precios del petróleo suben y se vuelven más volátiles; a la vez que afectan las balanzas comerciales de los países importadores netos del energético. Por otra parte, la debilidad de la demanda mundial hará que el comercio internacional crezca de 1 a 2%.
En el segundo capítulo, el texto se adentra en las llamadas negociaciones megarregionales, cuya creciente importancia en los últimos años han formado y cambiado la faz del comercio internacional. Los procesos que se consideran de mayor importancia para la integración regional son el Acuerdo Trasatlántico sobre Comercio e Inversión entre los Estados Unidos y la Unión Europea, el Acuerdo de Asociación Transpacífico, y la Asociación Económica Integral Regional. Los países que las conforman tienen un peso especial en la economía internacional en tanto producto, población e inversión extranjera directa mundial, cuyo interés es la expansión de espacios económicos hacia un multilateralismo y que abarquen distintos temas.
El capítulo tres se enfoca en Latinoamérica y el Caribe, y su entrada a las redes de producción y las cadenas de valor, con dos tendencias muy marcadas. Comercio hacia Estados Unidos, y la regionalización del mismo. En el segundo caso, se hace una descripción del comercio que se está dando en Centroamérica de bienes intermedios y otros insumos de los países del MERCOSUR.
Finalmente, se concluye que un fomento en las pymes, podría ser un importante factor de dinamismo para las economías de la región.
Oscar Ugarteche[i] y Miriam Chaverría Reséndiz[ii]
A lo largo de la historia, se han creado distintos proyectos de integración latinoamericanos, panamericanistas y regionalistas, para formar lo que hoy vive América Latina, un plato de tallarines, en sus múltiples sistemas de integración económica. Los esquemas panamericanistas incluyen a Estados Unidos mientras los regionalistas son asociaciones de países vecinos. El TLCAN, el ALCA y la Alianza del Pacifico vendrían a ser esquemas panamericanistas. Al otro lado están el MERCOSUR, el SICA, el CARICOM, y el ALBA regionalistas, este último no con países vecinos sino con economías similares en ingresos por habitante. UNASUR vendría a ser el espacio de integración político de ambos grupos, CAN + MERCOSUR, y no incluye a México que se define como América del Norte con el TLCAN. Uruguay, en este plano coquetea con la Alianza del Pacifico.
La CEPAL en “Los desafíos estratégicos de la integración centroamericana”(2014)[iii], expresa que este amplio catálogo de acuerdos contribuyen a la intensificación del debate sobre los paradigmas de integración, el cual parece transitar de un regionalismo abierto a un regionalismo estratégico. De otro lado, Hettne,[iv]postula un nuevo regionalismo con diferentes grados de regionalidad; y cinco niveles de regionalización. Guerra Borges entiende como nuevo regionalismo de los países en desarrollo, a los acuerdos entre países vecinos que superan las formas simples de integración establecidas en el artículo XXIV del GATT y que incluyen acuerdos regionales sobre materias y regulaciones que no necesariamente se ajustan a las disposiciones de la OMC.
El reciente acercamiento entre dos sistemas de integración antagónicos: uno regional –MERCOSUR- y uno panamericano –Alianza del Pacífico-; refleja una búsqueda de puentes entre ambos. El pasado primero de noviembre se llevó a cabo la primera reunión entre los cancilleres de ambos bloques en Cartagena, Colombia, impulsada por México; con el fin de lograr una futura cooperación en las cadenas de valor energéticas. El 24 de noviembre tuvo lugar un segundo encuentro de cancilleres de ambos bloques dentro del seminario "Diálogo sobre Integración Regional: Alianza del Pacífico y Mercosur", en Santiago de Chile; impulsado por la presidente Chilena. En el segundo encuentro el punto en común fue el mejor aprovechamiento de los recursos naturales con que cuentan los bloques, que son la base del comercio con Asía.
La búsqueda en común de un mayor comercio con el continente asiático tiene en cuenta no sólo a China sino a Rusia. Esto se ve potenciado por las restricciones comerciales impuestas a este último por Estados Unidos y la Unión Europea en torno al conflicto en Ucrania. El bloque común –el ALCA antes fracasado- , es probable que ahora tampoco proceda dado que ambos bloques responden a modelos económicos así como a formas de inserción en la economía global distintos, uno con un sello más liberal y el otro con un sello más proteccionista.
Guerra Borges (2008) propone que como sistema regional el MERCOSUR ha mostrado a los países en desarrollo que los acuerdos regionales de integración son un instrumento insustituible en las negociaciones con terceras naciones o con otros acuerdos regionales. En este tenor[v]propone que la elección del regionalismo se las dicta el subdesarrollo a las economías en desarrollo, mientras que a las potencias la elección se la dicta el alto nivel de desarrollo alcanzado. Esta diferencia es vital en las futuras negociaciones entre los bloques comerciales que buscan mayor cooperación comercial con terceros bloques.
La CEPAL en “La Alianza del Pacífico y el MERCOSUR. Hacia la convergencia de la diversidad” (2014)[vi], hace hincapié en que un mercado regional integrado (ALCA) podría actuar como factor de estímulo para el crecimiento, y amortiguar los impactos asociados a un menor dinamismo económico en otras partes del mundo. El trabajo no considera las diferencias de crecimiento económico entre los países de la Cuenca del Caribe que casi no han crecido en las dos últimas décadas y los de Sudamérica que si lo han hecho, ni las diferencias entre el MERCOSUR industrializado y la Alianza del Pacifico primario exportadora. México en última instancia exporta mano de obra barata desde las zonas de maquila.
En suma, parece haber un impulso a resucitar el ALCA de una nueva forma, mediante la suma de los dos bloques, que siguiendo el principio de nación más favorecida indudablemente sesgan los acuerdos hacia los países con el menor arancel. Este intento reiterado dos veces en el mes de noviembre debe alertar sobre los esfuerzos por la ampliación de los mercados a los productos de los Estados Unidos a costa del desarrollo económico de la región.
[i]Economista peruano, trabaja en el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, México. Miembro del SNI/Conacyt. Coordinador del Observatorio Económico de América Latina (OBELA) www.obela.org y presidente de ALAI www.alainet.org
[ii]Miembro del proyecto OBELA, IIEc-UNAM.
[iii]http://www.obela.org/node/1783
[iv]Hettne,Björn (2005), “Beyond the New Regionalism”, New Political Economy, vol. 10,No. 4, diciembre, pp. 543-571.
[v]Guerra, Alfredo, (2008), “Regionalismo y multilateralismo en su laberinto”, Revista Latinoamericana de Economía, vol. 39, No. 152, enero-marzo, pp.11-28.
[vi]http://www.cepal.org/es/publicaciones/la-alianza-del-pacifico-y-el-merco...