Fecha: Martes, Marzo 24, 2020 - 10:30

El COVID-19 ha perturbado las redes mundiales de suministro y ha sembrado el pánico en los mercados de valores del mundo. En el panorama general, las consecuencias del virus ponen de manifiesto la fragilidad de una economía mundial que nunca se recuperó del todo del colapso financiero de 2008 y que ha estado al borde de una nueva crisis.

Las diversas guerras, conflictos y campañas de control social y represión en todo el mundo implican la fusión de la acumulación privada con la militarización del Estado. En esta relación, el Estado facilita la expansión de las oportunidades para que el capital privado se acumule mediante la militarización.

Los principales comentaristas culpan al COVID-19 de la creciente crisis. Pero el virus fue sólo la chispa que encendió la implosión financiera. El desplome de los mercados de valores sugiere que la especulación financiera será menos capaz de servir como una salida para el capital sobreacumulado.

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Fecha: Lunes, Marzo 23, 2020 - 11:38
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Cuánto tiempo durará la crisis de COVID-19 y cuáles serán sus costos económicos inmediatos, son preguntas que todos se plantean. Incluso si se contienen las repercusiones económicas de la pandemia, es posible que ya se haya preparado el terreno para un derrumbe de la deuda que lleva mucho tiempo produciéndose.

La crisis de COVID-19 podría tener muchos efectos económicos graves, lo que posiblemente empujaría a la economía mundial a la recesión. Una posible consecuencia de la pandemia es el aumento de la fragilidad financiera.

Una vez que se contenga el COVID-19 y se apliquen políticas para aliviar la situación, se restablecerán las cadenas de suministro y la gente volverá a trabajar con la esperanza de recuperar al menos algunos de los ingresos perdidos. Pero esa recuperación económica real se podría descarrilar debido a crisis financieras y de deuda no resueltas.

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Análisis del OBELA         /          ( english version )

El segundo Bacheletismo: condiciones y expectativas

Resumen:

El 11 de marzo de 2014, Michelle Bachelet tomó posesión de la Presidencia de Chile por segunda vez. Se une así a la lista de mujeres mandatarias en América Latina, la región que concentra la mayor cantidad de mujeres en las jefaturas de Estado de sus países, indicando quizás una modernización social.

Chile quisiera consolidarse como “país puente” entre el Atlántico Sur y Asia Pacífico, ser el mediador y promotor de las relaciones entre América Latina y los países del sudeste asiático. En 2012 tuvo el intercambio comercial con las economías de la APEC sumó 96,400 mdd. De otro lado, 58.3% de la inversión extranjera hacia Chile proviene de las economías de la APEC, en contra partida, 26.8% de la inversión chilena se dirige hacia estos países (Véase Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales, marzo 2014), aunque están centradas en el Perú y Colombia.

 

Estados Unidos sin recuperación ni inflación

Resumen:

El presidente de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, Ben Bernanke, al enfrentar la mayor crisis después de la Gran Depresión de 1929, a partir de noviembre de 2008 dejó a un lado dos de los tres objetivos del banco central, la estabilidad financiera y el control de precios, e hizo del tercero, el pleno empleo, el blanco de la política monetaria: los programas de estímulo monetario (Quantitative Easing) puestos en marcha no serían retirados hasta que la tasa de desempleo se redujera a 6.5 por ciento. Ahora, empero, la Fed retira el estímulo monetario mientras Estados Unidos no asiste a una recuperación sostenida del PIB, ni a una baja sustancial del desempleo, y parece enfrentar riesgos de deflación y de nuevas burbujas financieras.

A lo anterior se suma la débil recuperación del mercado laboral. El desempleo parece estancado en 6.7% a febrero de 2014. El cálculo oficial deja de lado que en los últimos cincos años alrededor de 5 millones 730 mil personas abandonaron la búsqueda de trabajo ante la debilidad estructural de la economía estadounidense según The Economic Policy Institute. De añadirse en la contabilidad, la tasa de desempleo sería de al menos 10 por ciento. El rumbo de la macroeconomía a todas luces va por la reducción salarial en un intento por exportar más, lo que no está induciendo una recuperación de la tasa de inversión fija, ni menos aún la recuperación sostenida del ritmo consumo o producción de bienes y servicios a los niveles previos a la crisis.

En comparación con marzo de 2009, los índices de la Bolsa de Nueva York, el S&P 500, el Dow Jones y el Nasdaq han aumentado 178, 151 y 242% respectivamente. El peligro está en que los índices de la Bolsa no se sostienen con los datos económicos a la vista. Las compras masivas de bonos del Tesoro y de activos hipotecarios llevaron a que la hoja de balance de la Fed pasara de 1 billón a 4.18 billones (trillions en inglés) de dólares entre septiembre de 2008 y marzo de 2014. Muchos de estos salieron como capitales de corto plazo a los mercados emergentes. El retiro del estímulo pretende el retorno de los capitales para empujar el crecimiento en el centro al costo de estrangular al resto del mundo a través de depreciaciones cambiarias y caídas de las bolsas de valores, con las consecuentes reducciones del consumo y crecimiento económico.

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