El COVID-19 ha puesto sobre el tapete la necesidad de abordar la problemática del financiamiento para el desarrollo de los países de ingreso medio, que se ha caracterizado por la creciente disociación entre el ingreso per cápita y la capacidad de movilizar recursos internos y externos, así como por la desconexión entre las necesidades económicas y sociales y la respuesta de la cooperación multilateral. Esto debe abordarse con urgencia, ya que los países de América Latina y el Caribe deben recuperarse de los efectos de la pandemia y evitar otra década perdida.
Los países de ingreso medio, como los de América Latina y el Caribe, requieren de la cooperación multilateral mediante la expansión y redistribución de la liquidez y la reducción de la deuda para mejorar su espacio de política a fin de impulsar una recuperación sostenible y promover su desarrollo económico y social.
Para hacer frente a estos desafíos, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) propone una innovadora agenda de financiamiento para el desarrollo para la recuperación de la región basada en cinco medidas de política: i) ampliar y redistribuir la liquidez desde los países desarrollados hacia los países en desarrollo; ii) fortalecer la cooperación regional aumentando la capacidad de préstamo y respuesta de las instituciones financieras regionales, subregionales y nacionales, y estrechando sus vínculos con los bancos multilaterales de desarrollo; iii) llevar a cabo una reforma institucional de la arquitectura de la deuda multilateral; iv) proporcionar a los países un conjunto de instrumentos innovadores destinados a aumentar la capacidad de reembolso de la deuda y evitar el endeudamiento excesivo, y v) integrar las medidas de liquidez y de reducción de la deuda a una estrategia de resiliencia encaminada a construir un futuro mejor (Fondo de Resiliencia del Caribe).