La inversión china en América Latina se ha incrementado estrepitosamente en los últimos años, lo cual ha llevado a los analistas a pensar que las empresas chinas pueden transferir las condiciones laborales precarias y sus prácticas ambientales a la región. En este documento de debate, Amos Irwin y Kevin Gallagher evalúan los impactos económicos, ambientales y sociales de la minería china en América Latina y comparan ese rendimiento con otras grandes empresas extranjeras y nacionales en el mismo sector. Basándose en una inspección cuantitativa de las estadísticas de Perú, los investigadores encuentran que la empresa china Shougang Hierro Peru no ha realizado tanto daño significativo como sus homólogos extranjeros o nacionales. De hecho, una empresa con sede en EE.UU. ha sido una de las principales violadoras de las normas peruanas y mundiales en los últimos tiempos.
Las inversiones chinas en la región son tan recientes que sólo una empresa minera ha estado funcionando el tiempo suficiente para evaluar su impacto. Shougang Hierro Peru ha sido ampliamente denunciada por su trayectoria ambiental y social, la cual ha sido criticada en la literatura como una de las empresas más nocivas en cuanto a las empresas de propiedad extranjera. Gran parte de esta literatura culpa al "choque de culturas", concluyendo que las compañías chinas operan de manera irresponsable en América Latina, ya que están predispuestos a emplear mano de obra muy barata y estándares ambientales.
Utilizando información del nuevo gobierno y archivos históricos, Irwin y Gallagher encuentran que mientras Shougang tuvo un mal desempeño en muchos indicadores, en comparación con otras empresas mineras extranjeras y nacionales, su pobre desempeño no ha destacado en los últimos años. Por el contrario, el gobierno peruano ha fracasado continuamente en obligar a las empresas mineras a cumplir con sus compromisos de inversión, respetar el gobierno y normas globales, o negociar con sus sindicatos.
Los autores concluyen que el estudio del caso de Shougang no necesariamente determina que las futuras empresas mineras chinas se harán valer de malas prácticas ambientales o laborales en América Latina, con respecto a los otros competidores extranjeros y nacionales. Los altos costos sociales y ambientales son endémicos de la minería en América Latina. De acuerdo con la más amplia literatura sobre el tema, este estudio muestra que los estados-nación como el Perú no pueden contar con empresas extranjeras o nacionales que se autorregulen. Para maximizar verdaderamente los beneficios de la extracción de los recursos naturales y mitigar los riesgos, las naciones necesitan regular rígidamente, vigilar y disciplinar a las empresas que operan en el sector.