Hacia una cobertura regional más amplia de un fondo de reservas.

El presente trabajo trata sobre los retos y posibilidades de la inclusión al Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR) a Argentina, Brasil, Chile, México y Paraguay. Los fondos regionales fortalecen la arquitectura financiera internacional, que son una línea de defensa para la estabilidad financiera y de los efectos de shocks externos. No sólo eso, sino también pueden ser productivo e interactuar con otras instituciones y redes financieras; además los países puede cubrir con los fondos su escasez de liquidez si tienen dificultades en la Balanza de Pagos.

El FLAR sin embargo, debe diseñarse para objetivos específicos, para cubrir las necesidades más comunes de sus países miembros y no para un caso de emergencia de alguno, o si se diera, en todos simultáneamente.

Se analizan las Balanzas de Pagos de los posibles países miembros y la posibilidad de que todos presenten problemas al mismo tiempo. Es decir, que no sean sistémicos. Para ello, se calcula el coeficiente de relación simple entre variables como los términos de intercambio, las variaciones en el stock de reservas internacionales y los flujos netos de capitales. Se tiene que revisar si la correlación es positiva, en qué grado y entre qué países, pues el FLAR se dividiría en economías de países grandes o medianos, como Brasil, Argentina, Colombia, Venezuela, Perú, Chile y México, y por otro lado los países pequeños como Costa Rica, Ecuador, Bolivia, Uruguay y Paraguay.

Los resultados demostraron que los países que exportaban el mismo producto tendían a tener una correlación positiva, pero la correlación de países pequeños con grandes era baja. Asimismo, se demostró que en las crisis financieras y económicas que han afectado a uno o a todos los países del Fondo, fueron los países pequeños los que simultáneamente necesitaron del Fondo y en ningún caso lo solicitaron  todos.

 También se analiza la posible dimensión que deba tener el proyecto de FLAR ampliado. Dado que  la mediana en necesidades de financiamiento de  los países miembros y potenciales miembros es de 36100 millones de dólares, el FLAR debería  tener un capital pagado de 9 o diez mil millones de dólares. No obstante se debe decidir si permanecer con la regla de aporte que ya existe en el FLAR, o bien, utilizar los mismos criterios que el Fondo Monetario Internacional aplicados en la proporción que tiene el Fondo Latinoamericano.

Finalmente los desafíos en la gobernanza de concretarse el proyecto implican una institucionalización y fortalecimiento, mismos que le traerían una mejor calificación crediticia y con la que actualmente ya cuenta. Esto le permite acceder a mercados financieros más avanzados o complejos. A su interior debe ingeniar sus mecanismos de decisión, como el peso de los votos de los países, y si va a depender del tamaño de sus economías o aportes, o no.

También se deben plantear las condiciones necesarias para otorgar algún recurso financiero a los solicitantes. Como establecer si los recursos estarán disponibles o condicionados y en qué grado.

Finalmente, este Fondo ampliado sería producto de un esfuerzo en conjunto, de una definición conceptual de lo que es un Fondo, que responda a  las situaciones más recurrentes de los países, más no a situaciones de emergencia. Y sobre todo a un interés común que pueda fortalecer el sentido de pertenencia y responsabilidad de los países miembros.